Escenario hipotético en el sistema Bitcoin en el que un actor malicioso controla más del 50% de la potencia computacional minera total (hashrate). Con tal dominio, el atacante puede manipular el proceso de consenso, permitiendo acciones maliciosas como el doble gasto, donde los mismos bitcoins se gastan una vez en una cadena que finalmente queda obsoleta, y luego una segunda vez en la cadena válida. Otro objetivo de un ataque Goldfinger es la censura de transacciones. Sin embargo, llevar a cabo un ataque de este tipo requiere considerables recursos financieros, humanos, energéticos y técnicos, y hace que el actor malicioso sea susceptible de ser descubierto antes de que el ataque pueda llevarse a cabo. Aunque teóricamente posible, un ataque Goldfinger a Bitcoin se considera altamente improbable debido a la descentralización de la minería y a la gran cantidad de potencia computacional desplegada actualmente.
► Este ataque también se denomina «Ataque del 51%»